Fernando Carnero, gerente de la Ferretería El Crucero durante la entrevista en el programa Manos Arriba
Fernando Carnero, gerente de la Ferretería El Crucero durante la entrevista en el programa Manos Arriba

El programa Manos Arriba ha charlado esta tarde con Fernando Carnero, gerente de la Ferretería El Crucero, un negocio con casi 90 años de historia y que representa ya la cuarta generación familiar. Carnero ha aprovechado la ocasión para recordar la importancia del consumo en el barrio y para resaltar la principal ventaja del comercio local sobre las grandes superficies: el asesoramiento profesional. Fundada en 1936 por su bisabuelo, la ferretería se instauró estratégicamente en el barrio de El Crucero, entonces a las afueras de León, aprovechando que era el punto de salida hacia muchos pueblos.

Fernando Carnero ha puesto un ejemplo claro de cómo el comercio local “salva de lo caro”. Ha explicado que, a menudo, los clientes acuden a la tienda pidiendo un mecanismo completo para la cisterna del inodoro, pensando que está roto. Sin embargo, el valor del asesoramiento radica en el conocimiento de las necesidades reales del cliente. En lugar de vender un mecanismo caro (35-39 euros), el personal puede identificar que el problema es solo una simple goma que cuesta unos 1,60 euros. Esta práctica, que implica “perder una venta” en el corto plazo, se hace siempre en pos de generar una confianza duradera.

El gerente ha señalado que la “batalla” contra las grandes superficies no se libra en el precio, ya que estas compiten principalmente con la comodidad de tener “todo en el mismo lugar”. No obstante, Carnero ha afirmado que la gente está “volviendo un poquito al pequeño comercio”, valorando que la cercanía permite un conocimiento personal: “Saben de ti, saben más o menos tus necesidades”. El factor humano y la experiencia son el capital de la Ferretería El Crucero, demostrando que “hay cosas que no se pagan con dinero” y que la recomendación correcta evita un gasto innecesario.

Noventa años después de su fundación, Ferretería El Crucero se mantiene en pie, en otro emplazamiento diferente, pero siempre en el barrio de El Crucero. El éxito del negocio, que ha pasado por cuatro generaciones, subraya la resiliencia del comercio tradicional que apuesta por la calidad, la profesionalidad y la relación directa con el cliente. La historia de la ferretería, desde su estratégica ubicación inicial cerca de la parada de un autobús hasta su vigencia actual, es un testimonio de la importancia del comercio de proximidad en el tejido social y económico de la ciudad.

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