La Cámara de Comercio de Salamanca afronta un nuevo capítulo en su historia. Benjamín Crespo, Presidente desde diciembre de 2016, ha anunciado su dimisión tras casi nueve años al frente de la institución. Lo ha hecho en una comparecencia pública en la que, visiblemente emocionado, aseguró que “ha llegado el momento de abrir una nueva etapa” tanto personal como profesional.
Crespo defendió que su salida no responde a un desencuentro interno, sino a un ciclo natural que considera cumplido: “Me voy cuando quiero y como quiero, con la satisfacción de haber dejado una Cámara saneada y respetada”. En su despedida, reivindicó el trabajo colectivo que ha permitido transformar una institución que recibió “en ruina” y que hoy, subrayó, “va sobre ruedas”.
Balance de gestión
Durante su intervención, el hasta ahora presidente repasó los principales hitos de su mandato: la recuperación económica de la entidad, el apoyo prestado al tejido empresarial en los momentos más duros de la pandemia, y la apertura de la Cámara hacia la internacionalización y a una nueva generación de jóvenes emprendedores.
Crespo dedicó gran parte de su discurso a los agradecimientos. Reconoció la labor del pleno y del comité ejecutivo, elogió al equipo técnico de la Cámara, y tuvo palabras especiales para el secretario general, Emilio Checa, por su “conocimiento y entrega incansable”. También expresó su gratitud a las instituciones que han colaborado con la Cámara en estos años: desde el Gobierno central y la Junta de Castilla y León hasta la Diputación, el Ayuntamiento de Salamanca y las dos universidades de la ciudad, además de la Cámara de España y el Consejo de Cámaras de Castilla y León.
Un relevo con frentes abiertos
La salida de Crespo se formalizará en un pleno extraordinario convocado para esta misma semana, en el que propondrá como sucesor interino a Alberto Díaz San Miguel, actual Vicepresidente primero de la Cámara. Su designación no está exenta de debate: Díaz ocupa también cargos en la Confederación de Empresarios de Salamanca (CES), organización enfrentada con CEOE Cepyme Salamanca por la representatividad empresarial en la provincia.
Este relevo, según apuntan distintas fuentes internas, podría trasladar esa pugna a la institución cameral y marcar la hoja de ruta de cara a los comicios previstos para 2026.
Consciente de las tensiones que acompañan su marcha, Crespo quiso despedirse con un mensaje optimista: “La Cámara es la casa común de los empresarios de Salamanca, memoria y futuro de nuestra economía. Yo he cumplido mi etapa, y ahora toca mirar hacia adelante”.