El Alcalde, Carlos García Carbayo, durante su visita a la excavación.
El Alcalde, Carlos García Carbayo, durante su visita a la excavación.

El Cerro de San Vicente, considerado la cuna de Salamanca, vuelve a sorprender a los arqueólogos. Durante las excavaciones que se están llevando a cabo para reabrir el Portillo de San Vicente y acondicionar la plataforma superior del yacimiento, se han descubierto los restos de la iglesia del desaparecido convento benedictino de San Vicente y una estructura subterránea circular que podría tratarse de un pozo de nieve, una especie de “frigorífico de piedra” usado siglos atrás para conservar hielo.

El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, visitó la zona acompañado del concejal de Patrimonio, Fernando Carabias, para conocer los avances y explicar la importancia de los descubrimientos. “El Cerro de San Vicente es la zona cero del origen de la ciudad, el lugar donde empezó todo, y no deja de deparar sorpresas gracias al formidable trabajo de los arqueólogos”, señaló el regidor, destacando que cada nuevo hallazgo “ayuda a recomponer el complejo puzle de la historia de Salamanca”.

La intervención en la muralla medieval, destinada a recuperar el antiguo acceso conocido como Portillo de San Vicente, sacó a la luz los cimientos del testero de la capilla mayor y parte de las capillas laterales del antiguo monasterio. Según el alcalde, “este descubrimiento ha obligado a modificar el proyecto original para integrar los restos en el recorrido, de modo que los visitantes puedan contemplarlos desde una escalera de acceso que ofrecerá una vista directa de la estructura”.

 

Imagen de los trabajos de excavación
Imagen de los trabajos de excavación

Pero la mayor sorpresa llegó en la parte alta del cerro, donde se ha localizado una construcción subterránea de grandes dimensiones. “Todo apunta a que se trata de un pozo de nieve vinculado al convento. Hemos excavado hasta cuatro metros y aún no hemos llegado al fondo”, explicó García Carbayo, aunque precisó que “aún se trabaja para confirmar su función original y analizar todos los elementos que caracterizan este tipo de construcciones”.

Los pozos de nieve eran habituales en los principales conventos de Salamanca —como los de San Andrés, San Esteban o la Clerecía— y servían para almacenar hielo durante los meses fríos. El arqueólogo municipal, Carlos Macarro, indicó que este tipo de estructuras suelen pertenecer a la época moderna y no descarta que el pozo esté conectado con antiguas canalizaciones o túneles subterráneos.

 

Imagen del nuevo pozo de nieve descubierto
Imagen del nuevo pozo de nieve descubierto

Además, los trabajos arqueológicos se extienden a otros puntos del cerro, donde se recuperan cabañas de la Edad del Hierro y vestigios de las trincheras napoleónicas y de la antigua casa de recreo del convento. La actuación, financiada con fondos europeos Next Generation, cuenta con un presupuesto total de más de 1,6 millones de euros y tiene como objetivo poner en valor este enclave histórico mediante su musealización y mejora de accesos.

El alcalde adelantó que las obras podrían finalizar “en torno a la primavera, más bien hacia junio”, momento en que los visitantes podrán disfrutar de un recorrido renovado por uno de los espacios más emblemáticos del patrimonio salmantino. “Esta estructura pasará a enriquecer la visita al Cerro de San Vicente, que ya ha recibido miles de visitas desde la apertura del museo el pasado mes de mayo”, destacó García Carbayo, subrayando que el objetivo final es “abrir una nueva ventana al pasado y seguir descubriendo los orígenes de Salamanca”.

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