Ni el sol había despuntado aún cuando las luces azules de los vehículos policiales comenzaron a iluminar el área de descanso de la A-62, a la altura de Ciudad Rodrigo. Allí, la Guardia Civil de Salamanca y la Policía de Segurança Pública (PSP) de Portugal llevaron a cabo este domingo un amplio operativo conjunto destinado a controlar el tránsito transfronterizo de armas de fuego, una labor que se intensifica cada año con la llegada de la temporada de caza.

El despliegue, que reunió a más de treinta agentes de distintas unidades —Seguridad Ciudadana, USECIC, SEPRONA y la Policía de Tránsito portuguesa—, convirtió temporalmente esta zona de descanso en un auténtico cuartel binacional. Los vehículos eran desviados de la autovía para una inspección sistemática en la que se comprobaban armas, permisos, documentación personal y transporte de animales.
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En el centro del dispositivo se encontraba la Oficina Móvil de Atención al Ciudadano (OMAC), un cuartel móvil equipado para realizar consultas en bases de datos, verificar troquelados y tramitar infracciones en tiempo real. Este soporte técnico permitió que cada comprobación se resolviera en cuestión de minutos.

Revisión exhaustiva de armas y documentación
Cuando los agentes localizaban un arma en un vehículo, el protocolo se activaba de inmediato: primero se revisaba físicamente para comprobar que no estaba cargada; después se verificaba el troquelado y, por último, se analizaban licencias y permisos.
El Capitán de la Comandancia, Enrique Miguel, explicó que el objetivo principal era “controlar las armas en época de caza, no solo por seguridad, sino para asegurar que toda la documentación es la correcta”. Recordó además que «no se puede transportar un arma que no sea de tu titularidad, salvo autorización expresa del dueño».
La coordinación con la policía portuguesa resultó clave, ya que, aunque parte de la normativa está armonizada a nivel europeo, España y Portugal mantienen diferencias legales que pueden generar problemas a cazadores que cruzan la frontera sin la Tarjeta Europea de Armas.

Incautaciones y controles paralelos
Durante la mañana, los agentes interceptaron varios vehículos de cazadores que portaban escopetas de forma correcta y pudieron proseguir su viaje tras las comprobaciones. Sin embargo, también se requisaron tres navajas y un cuchillo de grandes dimensiones, además de un puñal localizado en otro registro.

Simultáneamente, el SEPRONA verificó el estado de los perros de caza, la presencia de chip, las vacunaciones y las condiciones de transporte. Funcionarios de Tráfico realizaron pruebas de alcoholemia y drogas, apoyados por un perro detector de estupefacientes.

Un control habitual pero crucial en estas fechas
El operativo no es una acción aislada, según indicó el Capitán, España y Portugal realizan varios controles conjuntos al año, especialmente en esta franja fronteriza, altamente transitada en época cinegética. “El intercambio de información es esencial. Hay armas legales en un país que deben ajustarse a la normativa del otro”, subrayó.
Con el movimiento constante de vehículos, el sonido de los motores y el ir y venir de agentes de ambos países, el área de descanso de la A-62 se transformó durante horas en un punto neurálgico de seguridad fronteriza. Una demostración palpable de que la cooperación policial es hoy la herramienta más eficaz para prevenir riesgos y garantizar un tránsito seguro de armas entre España y Portugal.