Funcionarios de la prisión claman por su seguridad tras la agresión sexual a una compañera en Sevilla. Félix Alonso
Funcionarios de la prisión claman por su seguridad tras la agresión sexual a una compañera en Sevilla. Félix Alonso

La tensión en las prisiones españolas ha alcanzado un nuevo pico tras la agresión sufrida por una trabajadora en el centro penitenciario de Sevilla el pasado 8 de julio. Este violento suceso ha puesto sobre la mesa una cruda realidad que los sindicatos vienen denunciando desde hace tiempo: se produce una agresión cada 16 horas a un funcionario de prisiones en España.

Desde la organización sindical ACAIP, en colaboración con UGT y CSIF, se ha denunciado la absoluta desprotección de los empleados públicos que trabajan en los centros penitenciarios. Tal como ha declarado el portavoz Félix Alonso, “los trabajadores estamos totalmente desprotegidos, sin amparo legal ni disciplinario”.

Verano, menos personal... ¿más agresiones?

Los meses estivales suponen un problema añadido. Las vacaciones del personal reducen aún más las ya limitadas plantillas, y, según ha señalado Alonso, la tipología de los internos durante el verano también complica la convivencia. A esto se suma la masificación de los módulos, que “repercute directamente en el día a día tanto de los presos como de los trabajadores”.

Este contexto ha desembocado en un aumento notable de los incidentes, peleas y agresiones, sumado a una preocupante falta de disciplina. En palabras del portavoz sindical, “la política actual de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias solo favorece que estas situaciones se repitan”.

 

¿Reeducación o disciplina?

Los sindicatos reconocen que, tal como recoge la Ley Orgánica General Penitenciaria, los presos que lo merezcan deben tener oportunidades de tratamiento. Sin embargo, advierten de que cuando un interno no se adapta a la convivencia o incumple las normas, es necesaria una aplicación más firme del régimen disciplinario.

El caso de Sevilla no es un hecho aislado. Hace apenas dos meses, en una prisión de Galicia, otra funcionaria fue víctima de una agresión sexual. Según ACAIP, estos casos se están haciendo frecuentes y exigen una clasificación interior más rigurosa de los internos en función del delito cometido.

 

Reclaman ser agentes de la autoridad

Una de las reivindicaciones históricas del colectivo es el

 reconocimiento legal como agentes de la autoridad, una figura que, según subraya Alonso protegería a los funcionarios y permitiría actuar con más respaldo jurídico ante agresiones.

En la reciente concentración convocada frente al centro penitenciario de Villanubla en Valladolid, quedó patente la unidad sindical. “Aquí no hay siglas, hay trabajadores penitenciarios luchando por su seguridad”, afirmó el portavoz, destacando la colaboración total entre ACAIP, UGT y CSIF.

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