Castilla y León se ha convertido en un modelo a seguir en la integración del medio ambiente en la educación, con un proyecto que incluye a 17 centros educativos y 3.000 estudiantes del entorno rural. Durante una conferencia sobre prácticas educativas en zonas rurales, la consejera de Educación, Rocío Lucas, destacó la implementación de la Escuela Rural Innovadora.
Este programa busca transformar las zonas rurales en espacios de aprendizaje activo, donde los alumnos puedan interactuar directamente con su entorno, adquiriendo conocimientos prácticos sobre la naturaleza y la cultura local. "Es esencial para nosotros que todos los alumnos, sin importar su ubicación geográfica, accedan a las mismas oportunidades educativas", afirmó Lucas.
La Escuela Rural Innovadora es parte de un esfuerzo más amplio por parte de la Junta para mejorar la calidad educativa en las áreas rurales de la región, donde Castilla y León ya es considerada un referente a nivel internacional.
En este innovador enfoque educativo, los estudiantes no sólo aprenden en el aula, sino que también realizan actividades prácticas como estudiar los ciclos de los cultivos, explorar la flora local y visitar explotaciones agropecuarias. Este método no solo enriquece su aprendizaje sino que también les permite valorar y entender mejor su entorno.