Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, volvió a dejar claro que no piensa callarse. Lo hizo en Arenas de San Pedro (Ávila), donde selló un acuerdo sanitario junto a Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León.
Allí, García-Page declaró sentirse "avergonzado" por la deriva de la izquierda que, a su juicio, consiente la corrupción: "Hay a quien le da igual si son tres golfos. Empiezan a contar la corrupción cuando son cuatro", sentenció.
"No todos estamos dispuestos a mirar hacia otro lado"
Este dardo no es casual. En informaciones recogidas por esRadio Castilla y León, se recuerda que el líder manchego ha protagonizado sonados choques con Pedro Sánchez y la dirección nacional del PSOE. Ahora, la tormenta arreció tras los casos de José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán, investigados por supuesta corrupción.
Un pacto sanitario con 30.000 beneficiados
Mientras la crisis interna sacude a Ferraz, García-Page y Fernández Mañueco sellaron un convenio que permitirá reforzar la asistencia sanitaria de más de 30.000 vecinos del Valle del Tiétar. El presidente manchego lo calificó como un "mensaje edificante" en mitad de la tensión territorial y política que atraviesa España.
Coincide con Sánchez dando explicaciones
Estas declaraciones coincidieron con la comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso, donde admitió haber valorado dimitir tras el informe de la UCO sobre Santos Cerdán. Finalmente, según explicó, decidió quedarse tras escuchar a su entorno más cercano.
¿Se avecina ruptura interna?
Con todo, las palabras de García-Page evidencian una grieta en la izquierda que podría ensancharse. Cada vez son más visibles las voces dentro del PSOE que exigen regeneración y tolerancia cero con la corrupción.