
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha exigido este miércoles al líder del PSOE en la comunidad, Carlos Martínez, que pida perdón y separe de su equipo a todos los implicados en la supuesta compra de votos de tránsfugas tras conocerse nuevos detalles sobre la maniobra de 2021. Según los mensajes de WhatsApp publicados esta semana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su exnúmero dos, José Luis Ábalos, habrían impulsado una moción de censura en la región apoyándose en tránsfugas de Ciudadanos.
En declaraciones recogidas por esRadio Castilla y León, Mañueco calificó estos hechos como un "ataque a la democracia" que evidencia la "catadura moral" del PSOE. "Sale a la luz lo que algunos querían ocultar y lo que nosotros siempre dijimos. Sánchez y Ábalos impulsaron una moción de censura en Castilla y León con la complicidad y la sumisión del PSOECyL. Además, fue un claro ataque a la democracia en nuestra tierra, se hizo en medio de la pandemia, en el peor momento", afirmó Mañueco a su llegada al pleno de las Cortes este miércoles.
Exige responsabilidades a Martínez
Mañueco no se limitó a señalar a Sánchez y Ábalos, sino que dirigió sus críticas directamente a Carlos Martínez, secretario general del PSOECyL, a quien exigió que se disculpe públicamente y aparte a los responsables de su equipo. "Ese Sánchez de los whatsapps sigue mandando en el PSOECyL, nada ha cambiado, el secretario general debe pedir perdón de manera inmediata y apartar a todas aquellas personas de su equipo que intentaron la compra de votos", sentenció el presidente regional.
Los mensajes que desataron la tormenta política
El escándalo se ha intensificado tras la publicación de una serie de mensajes de WhatsApp en los que Sánchez y Ábalos discutían abiertamente sobre cómo conseguir el apoyo necesario para la moción de censura. En uno de los mensajes revelados, Sánchez preguntaba a Ábalos: "¿Hay opciones?" a lo que el entonces ministro de Transportes respondía: "Nos falta una que iba a pasar al Grupo Mixto igual que la otra, pero se echó para atrás. Se está trabajando". Mientras tanto, desde el PSOE se insiste en que la moción fue una cuestión de "dignidad" y no de compra de voluntades, según las declaraciones del portavoz socialista en las Cortes, Luis Tudanca.