De izquierda a derecha, Jefe Superior de Policía de Castilla y León Juan Carlos Hernández; delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen; subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales.
De izquierda a derecha, Jefe Superior de Policía de Castilla y León Juan Carlos Hernández; delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen; subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales.

La Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera han asestado un golpe histórico al narcotráfico en Castilla y León con la denominada Operación Churruca, considerada la intervención más importante contra el tráfico de drogas en la provincia de Valladolid.

 

Según ha conocido esRadio Castilla y León, esta macrooperación se ha saldado con 19 personas detenidas, la incautación de 59 kilos de cocaína de alta pureza, 22 vehículos de lujo y el desmantelamiento de una sofisticada red de blanqueo de capitales. El delegado del Gobierno, acompañado por el subdelegado en Valladolid y el jefe superior de Policía Nacional, ofreció los detalles en una comparecencia que ha sacudido el panorama judicial y policial de la región.

El origen de la operación se remonta a mayo de 2024, cuando una intervención previa permitió arrestar a tres individuos y confiscar 12 kilos de cocaína y 80.000 euros en metálico. Las primeras pesquisas revelaron que no eran los cabecillas, sino meros operadores. Desde entonces, las fuerzas de seguridad comenzaron a seguir los rastros de una organización mucho más compleja que operaba entre Galicia, Asturias y Valladolid.

Las investigaciones posteriores, en informaciones recogidas por esRadio Castilla y León, sacaron a la luz desplazamientos nocturnos en vehículos caleteados y movimientos financieros que permitieron detectar el esquema de blanqueo. Los implicados empleaban negocios legales para legitimar el dinero procedente de la droga.

Uno de los momentos más críticos ocurrió el 1 de mayo, cuando se produjo una persecución de alto riesgo. Cuatro vehículos que regresaban de Galicia fueron interceptados tras un seguimiento minucioso. Según declaraciones de Juan Carlos Hernández, el jefe superior de Policía Nacional en Castilla y León, dos de ellos circulaban muy pegados, lo que levantó las sospechas de que transportaban estupefacientes. La detención fue peligrosa, ya que los delincuentes huyeron a gran velocidad por zonas urbanas, poniendo en riesgo a los agentes y a los ciudadanos.

A esta primera fase, centrada en la intervención operativa, le siguió una segunda fase orientada a desarticular la red de blanqueo. El pasado jueves, nueve personas más fueron arrestadas como responsables de gestionar los negocios pantalla que utilizaban para limpiar el dinero. Varios establecimientos han sido clausurados por su implicación directa en la trama.

Actualmente, cuatro banqueros permanecen en paradero desconocido, con una orden de búsqueda y captura en vigor. Según fuentes de la investigación, podrían haber facilitado la infraestructura financiera para el lavado de dinero.

Esta operación, que marca un antes y un después en la lucha contra el narcotráfico en Castilla y León, ha sido calificada como la más significativa hasta la fecha en cuanto a cantidad de droga incautada, nivel de organización y uso de estructuras financieras paralelas para ocultar los beneficios ilícitos.

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