
La medicina familiar en Castilla y León atraviesa una etapa marcada por la sobrecarga asistencial y la falta de recursos humanos y materiales. Esta es la realidad que describe Isabel Gutiérrez, presidenta de la Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina Familiar y Comunitaria, quien, con más de dos décadas en el primer nivel asistencial, se declara "entusiasta" de su especialidad, pero reconoce que no siempre puede ejercerla como le gustaría.
"Hacemos lo que nos gusta, pero no como nos gustaría"
Sobreexigencia y falta de tiempo
En el día a día, los médicos de familia deben enfrentarse a consultas saturadas y agendas que no siempre se ajustan a las necesidades reales de los pacientes. "No podemos tener una agenda unificada," insiste Gutiérrez, subrayando que cada paciente requiere un tiempo distinto según su situación. Esta falta de flexibilidad, sumada a una alta demanda asistencial, genera un estrés continuo tanto para los médicos como para sus pacientes.
Además, la presidenta destaca que, pese a ser capaces de resolver hasta el 90% de los problemas de salud, el sistema no siempre permite dedicar el tiempo necesario para una atención integral y personalizada. Esto impacta directamente en la calidad del servicio y en la satisfacción tanto de los profesionales como de los usuarios del sistema sanitario.
Crisis de vocaciones y envejecimiento profesional
Otro desafío significativo es la dificultad para atraer a nuevos médicos a esta especialidad. Según Gutiérrez, muchos jóvenes médicos optan por otras disciplinas debido a la percepción de que la medicina familiar carece de prestigio y recursos. Este problema se agrava por el envejecimiento de la plantilla: más del 50% de los médicos de familia tienen más de 50 años, lo que genera un panorama preocupante para los próximos años.
"En los próximos 10 años, se jubilarán casi 5.000 médicos en toda Castilla y León," advierte Gutiérrez, señalando que las provincias más afectadas serán Ávila, Palencia, Zamora y Soria, donde la falta de relevo generacional podría poner en peligro la atención en el medio rural, una de las áreas más vulnerables del sistema sanitario autonómico.
¿Un cambio necesario?
Frente a este panorama, Gutiérrez propone un "cambio profundo" en la gestión de la atención primaria, adaptado a las necesidades del 2025 y más allá. Esto incluye desde mejorar las condiciones laborales para hacer atractiva la especialidad hasta reestructurar las plazas de difícil cobertura y fortalecer el apoyo a las unidades docentes.
Finalmente, Gutiérrez recuerda que la medicina de familia es esencial para el buen funcionamiento del sistema sanitario, actuando como el primer contacto del paciente y el principal punto de apoyo en su trayectoria de salud. "Necesitamos un modelo que nos permita hacer lo que nos gusta, pero también como nos gusta," concluye, dejando claro que la recuperación de este sector será clave para el futuro de la sanidad en Castilla y León.