
El histórico convento de Belorado, en la provincia de Burgos, sigue, un año después, en el inesperado epicentro de un intenso conflicto eclesiástico. Hoy, en los juzgados de Briviesca, las monjas excomulgadas de este convento han presentado su denuncia contra el arzobispo Mario Iceta, a quien acusan de coacciones, administración desleal y revelación de secretos. Este enfrentamiento se originó a raíz de un cisma interno que ha dividido profundamente a esta pequeña comunidad de clarisas, creando uno de los casos más inusuales en la Iglesia española en los últimos años.
¿Un abuso de poder o intervención legítima?
El proceso judicial, que se prevé se extienda al menos hasta mediados de año, busca aclarar si la intervención del Arzobispado de Burgos en los asuntos internos del convento fue una acción legítima o, como sostienen las exmonjas, una intromisión abusiva que violó su autonomía espiritual y administrativa. Laura García de Viedma, quien fuera abadesa del convento y ahora líder del grupo cismático, ha denunciado que esta intervención episcopal fue "una violación de nuestra vida comunitaria y una traición a los principios de la orden", en declaraciones recogidas por este medio.
Un cisma en silencio
Sin embargo, no todas las voces apoyan esta narrativa. Sor Amparo, una exclarisa que abandonó el convento antes del cisma, ha revelado desde su nuevo hogar en un convento en Vitoria que solo un pequeño grupo de hermanas planeó en secreto su salida de la Iglesia. Según su testimonio, muchas de las religiosas que quedaron en el convento desconocían estas intenciones, lo que podría complicar la posición de las excomulgadas. "Solo un pequeño grupo de hermanas sabía lo que estaba pasando. El resto fuimos sorprendidas por su decisión de abandonar nuestra fe común", afirmó Sor Amparo.
Nuevas vidas, nuevas luchas
Mientras tanto, algunas de las exmonjas han decidido reinventarse lejos de los muros conventuales. Tres de ellas se han trasladado a Arriondas, en Asturias, donde han abierto un restaurante llamado 'Ribera del Chicu'. Además, según ha sabido esRadio Castilla y León, están preparando la apertura de obradores para chocolates artesanales y planean desarrollar iniciativas sociales como la cría y entrenamiento de perros guía, en un intento por reconstruir su vida tras la demanda de desahucio interpuesta por el Arzobispado, que reclama la propiedad del convento de Belorado.
Próximas fechas clave
El juicio para decidir si las exmonjas deberán abandonar definitivamente el convento de Belorado se celebrará el próximo 13 de mayo. El caso, que combina disputas legales y espirituales, continúa generando un intenso debate entre expertos en derecho canónico y la comunidad de fieles, que observan con atención cómo esta pequeña congregación religiosa se convierte en el centro de uno de los conflictos más inusuales de la Iglesia en España.