
Desde su lanzamiento en 2018, el proyecto Julia, una iniciativa de la Federación de Salud Mental de Castilla y León, ha sido un catalizador de cambio en la vida de las mujeres rurales que enfrentan problemas de salud mental. Un estudio reciente, presentado hoy en la sede del Consejo Económico y Social de la comunidad, destaca los efectos "transformadores" del programa. Durante la inauguración del evento, Enrique Cabero, presidente del Consejo Económico y Social, enfatizó que el programa "ha demostrado dar resultados positivos fundamentales" en la comunidad.
Cabero también señaló la relevancia de atender la salud mental de este sector poblacional, que hasta ahora había sido ampliamente ignorado. Victoria Moreno, directora general de la Mujer de la Junta de Castilla y León, elogió la labor de la Federación y la importancia del estudio para medir la eficacia de las políticas públicas en materia de igualdad. Moreno resaltó que el proyecto ha fomentado la visibilidad de la salud mental y ha creado "espacios de reunión" que han ayudado a mitigar la soledad de estas mujeres.
Laura de la Torre, vicepresidenta de la Federación de Salud Mental de Castilla y León, expresó su preocupación por la continuidad del proyecto y solicitó "un apoyo económico estable y contundente" para atender a este grupo altamente vulnerable.
Patricia Quintanilla, autora del estudio, compartió algunas "conclusiones fundamentales" de la investigación, como la reducción del aislamiento social, la mejora en la salud mental y autoestima de las participantes, y la creación de redes de apoyo que han empoderado a las mujeres a enfrentar sus miedos y ser más visibles en sus comunidades. Desde su inicio, el proyecto Julia ha involucrado a 532 mujeres en 69 talleres grupales distribuidos en las nueve provincias de Castilla y León, beneficiando principalmente a mujeres alrededor de los 60 años de edad.