Desde luego que el zamorano tenía la matería prima, pero para llevarle a lo más alto, no pudo escoger mejor compañero. Carlos Gil Pérez se encargó de pulir un diamante que llegaría a lo más alto de la velocidad española. campeón en varias ocasiones, internacional, Olímpico... Frutos era poderío y fuerza sobre el tartán. Ahora sigue dando clases, pero son de Informática.

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