Y desde aquel día en aquel Kart, su alianza con el motor y la competición quedó sellada. Renunció a todo por hacerse piloto. Se esforzó cada día por cumplir un sueño y lo logró. Roldán es uno de los pocos privilegiados (y autorizados) que ha manejado un Fórmula 1. Pero su vida deportiva es mucho más. Es la historia de la Pasión del Esfuerzo de la Insistencia. Hoy ve ese Mundo desde otra perspectiva, como comentarista de Radio y Televisión.