Claudia es una niña a la que, con apenas cinco años, le diagnosticaron un tumor cerebral con metástasis. Desde entonces, el cáncer infantil dejó de ser una estadística para convertirse en una lucha diaria para ella y su familia. En su cuenta de Instagram, @claudia_guerrera, se presenta como superviviente de cáncer infantil y resume su historia en unas pocas palabras que lo dicen todo: tumor cerebral, meduloblastoma diseminado y un mensaje claro: “más investigación para más vida”.
Junto a su madre, comparte con sus “amigunchis” los días de hospital, las resonancias, las secuelas… pero también las fiestas de bienvenida al volver a casa, los juegos, las risas y la vida que sigue, a pesar de todo. Claudia es uno de los rostros que dan sentido a la II Carrera Solidaria contra el Cáncer Infantil en la Montaña de Riaño y Mampodre. Su testimonio, recogido en el vídeo que acompaña a esta noticia, recuerda por qué es tan importante no mirar hacia otro lado.
Crémenes toma el testigo de Riaño
Tras el éxito de la primera edición celebrada en Riaño, que llenó de gente sus calles y permitió donar más de 5.600 euros a la Fundación Aladina, la montaña de Riaño y Mampodre vuelve a movilizarse. Este año será Crémenes quien tome el relevo y se convierta en meta y punto de partida de la solidaridad.
La II Carrera Solidaria contra el Cáncer Infantil se celebrará en el casco urbano de Crémenes el 15 de febrero, con una fecha alternativa, el 4 de abril, por si la meteorología –caprichosa en la montaña en esas fechas– obliga a aplazarla. La filosofía, sin embargo, no cambia: más que una competición, es una gran fiesta solidaria en la que puede participar cualquiera, corra mucho, poco… o nada.
Lo importante no es el tiempo en el cronómetro, sino el tiempo que entre todos se le arranca al miedo y a la soledad de las familias que conviven con el cáncer infantil.
De Bilbao a Riaño: la historia de Félix Gil
Uno de los impulsores de esta iniciativa es Félix Gil, bilbaíno de origen pero con casa y corazón en Riaño. Hace años tuvo la oportunidad de trabajar con Paco Arango, presidente de la Fundación Aladina, y conocer de cerca la labor que realiza la entidad con niños y adolescentes con cáncer y sus familias. Aquello le marcó.
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Se hizo socio, empezó a colaborar económicamente y, además, encontró una forma muy personal de ayudar: tallando piezas de madera cuya venta destina íntegramente a la fundación. De ese compromiso nacieron también las ganas de “hacer algo más grande” en la montaña leonesa.
En una conversación en Riaño con Lidia del Blanco, vecina que ya había organizado chocolatadas solidarias, surgió la chispa:
“¿Y si organizamos algo que se note de verdad, que presente a Aladina en la montaña?”. El resultado fue la primera carrera solidaria en Riaño: un pueblo volcado, centenares de personas participando y una recaudación que superó cualquier expectativa inicial.
Una carrera que es, sobre todo, una fiesta
La edición de este año en Crémenes quiere seguir ese mismo espíritu. La carrera está pensada para que puedan participar niños, familias enteras, gente mayor, visitantes de fin de semana y vecinos de todos los valles de la montaña de Riaño y Mampodre.
Habrá dorsales, sí, pero también ambiente de fiesta de pueblo, sorteos con productos de la zona, encuentros entre vecinos y la excusa perfecta para que los pueblos se llenen de vida en unos meses en los que tradicionalmente la montaña se vacía.
Los comercios de la comarca vuelven a demostrar que el corazón de la montaña late fuerte: muchos han preferido aportar producto propio para los sorteos –embutidos, quesos, artesanía, experiencias–, de forma que quien resulte premiado sepa exactamente quién ha colaborado y dónde está ese pequeño negocio en Caín, Sajambre, Crémenes o cualquier otro rincón de la zona.
La Fundación Aladina: acompañar en el camino
Todo lo recaudado con la carrera se destinará a la Fundación Aladina, que lleva casi dos décadas acompañando a niños y adolescentes con cáncer en hospitales públicos de toda España. Su trabajo va mucho más allá de la ayuda económica: ofrece apoyo emocional, psicológico y material a los menores y a sus familias, mejora espacios hospitalarios y apoya proyectos de investigación y formación.
Uno de sus proyectos más ambiciosos en marcha es la Casa Aladina, un espacio de atención integral para niños enfermos de cáncer, supervivientes y sus familias, fuera del entorno hospitalario. El centro, que se levantará en el distrito madrileño de Hortaleza, será el primer espacio de este tipo en España y funcionará como un gran “hogar de día” donde las familias podrán acceder gratuitamente a terapias de apoyo, actividades de ocio terapéutico, programas de ejercicio físico, atención psicológica y espacios para el duelo, entre otros recursos.
La carrera de Crémenes y toda la movilización en la montaña de Riaño y Mampodre son, en realidad, pequeños ladrillos que ayudan a levantar ese proyecto y a sostener el trabajo diario de Aladina con miles de familias.
Del dato a la vida real
En las entrevistas que han acompañado a la presentación de la carrera, Félix reconoce que lo más duro no es escuchar la palabra “cáncer” asociada a uno mismo, sino que vaya seguida del nombre de un hijo o un nieto. Él mismo arrastra desde hace décadas la historia de un amigo íntimo que perdió a su única hija por una leucemia cuando tenía ocho años. Más de un cuarto de siglo después, la herida sigue abierta.
Casos como el de Claudia ponen rostro a una realidad que, a menudo, se cuenta solo en cifras: porcentajes de supervivencia, tasas de recaída, años de seguimiento. Ella habla a cámara, mira de frente y cuenta en primera persona cómo el cáncer irrumpió en su vida, qué ha significado para su familia y por qué sigue pidiendo más investigación para que otros niños y niñas puedan, como dice su propio lema, llegar a ser mayores.
Por eso, en esta II Carrera Solidaria, cada dorsal, cada donativo y cada paso tienen un nombre y una historia detrás.
Cómo colaborar
La organización ha habilitado distintas formas de participar y colaborar, tanto para quienes puedan desplazarse a Crémenes como para quienes quieran apoyar desde la distancia:
Inscripción en la carrera
En los carteles distribuidos por los pueblos de la montaña y en redes sociales figura un código QR que permite inscribirse en la prueba y realizar una aportación económica.
Crowdfunding solidario
Ese mismo QR enlaza con una plataforma de donación online, donde se puede colaborar con la cantidad que cada persona considere. No hace falta una cifra elevada: la suma de muchos pequeños gestos fue lo que permitió superar los 5.600 euros en la primera edición.
Redes sociales “La montaña se mueve 2024”
Bajo el nombre “La montaña se mueve 2024” se agrupan las cuentas que informan sobre la carrera, publican los números premiados de las papeletas, muestran fotos del evento y comparten historias como la de Claudia. Seguir, compartir y comentar también ayuda a que el mensaje llegue más lejos.
Sorteos con productos de la zona
Las papeletas que se venden antes y durante la carrera dan acceso a sorteos de productos donados por comercios y empresas de la comarca. Es una forma de que la solidaridad también repercuta en el tejido económico local.
Una montaña que se mueve… por quien más lo necesita
La primera edición en Riaño demostró que cuando la montaña de Riaño y Mampodre se mueve, lo hace de verdad: calles llenas, voluntarios, empresas colaboradoras, niños y mayores con dorsal, y un ambiente que mezclaba emoción, orgullo de pueblo y ganas de ayudar.
Ahora, Crémenes recoge el testigo con la vista puesta en un objetivo mucho más importante que cualquier meta: que ningún niño ni ninguna familia que se enfrente al cáncer infantil se sienta sola.
En el vídeo que acompaña esta noticia, la voz de Claudia es el recordatorio más claro de por qué merece la pena. Porque detrás de cada diagnóstico hay una niña que quiere seguir jugando, un hermano que prepara una fiesta de bienvenida, unos padres que se agarran a cada pequeño avance y una comunidad que puede decidir si mira hacia otro lado… o se pone las zapatillas y se echa a la calle.
En Crémenes ya han elegido. Y la montaña, una vez más, se mueve.