La economía de Castilla y León cierra el año 2025 con un crecimiento igual o superior al 2,8%, según la Junta. Esto permitiría cumplir con la previsión del mes de octubre o incluso mejorarla. Sin embargo, desde el ejecutivo consideran que el Producto Interior Bruto experimentará un menor avance el próximo año, que será del 2%, como recogía en el límite de gasto no financiero para 2026 fijado por las Cortes.
El portavoz de la Junta y consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, ha asegurado que la evolución de la economía de la comunidad es "optimista", durante la presentación de los datos de la Contabilidad Regional del tercer trimestre del año.
Carriedo ha recordado que el comercio exterior es una “preocupación" para la Junta, ya que las exportaciones se están “resintiendo” por los aranceles y los conflictos internacionales. El consejero ha explicado que el PIB registró en el tercer trimestre del año una variación interanual del 3,5%, frente al 3,1 de los tres meses anteriores. La variación intertrimestral se sitúa en el 1,8 por ciento, frente al 0,2% precedente. Este crecimiento es superior al del conjunto del Estado, que fue del 2,8%, así como el de la zona Euro y el de la Europa de los 27.
Según el portavoz, las causas de este “buen comportamiento” de la economía se deben desde la perspectiva de la oferta al crecimiento del sector industrial, que avanzó un 6,2%, así como del sector servicios, en especial del transporte, la hostelería y las comunicaciones. En términos interanuales, se ha observado un crecimiento en el valor añadido bruto de todos los sectores. Se ha producido un mayor aumento en el sector primario, la industria y la construcción y un menor incremento en el sector servicios respecto del anterior trimestre.
Desde el punto de vista de la demanda, se ha registrado en este periodo una contribución positiva de la demanda interna al crecimiento del PIB de 3,8 puntos porcentuales, 0,3 más que en el periodo anterior. Sin embargo, la contribución del sector exterior pasó de cuatro décimas negativas a tres, ya que las exportaciones e importaciones registraron un descenso en este trimestre.
El gasto en consumo final ha crecido un 2,9% en este tercer trimestre, una décima menos que en el trimestre anterior, resultado del aumento del gasto en consumo final de los hogares igual que en el periodo precedente y del menor crecimiento del gasto de las administraciones públicas.
En cuanto a la inversión, se ha percibido una variación del siete por ciento en este trimestre, superior a la del periodo precedente, donde se aceleró la inversión en bienes de equipo y la de construcción. Según Carriedo, el aumento del consumo de los hogares está llevando a las empresas a redoblar su inversión en bienes de equipo para poder abordar en el futuro la demanda del mercado.