Cuidar el entorno y el medioambiente es algo crucial para la sociedad. Una materia en la que tienen que estar involucrados tanto los ciudadanos, como las empresas, como las administraciones púbicas.
Las emisiones del 1990 fueron de 287,7 millones de toneladas de CO2, las de 2005 ascendieron a 438,8 millones y las de 2023 disminuyeron a 278 millones. En 2023 cayeron un 8% respecto al año anterior, a 2022. Como ven, las políticas ambientales parece que están trayendo sus frutos.
Eso si, en la otra cara de la moneda está el debate de si la situación es tan preocupante como muchos la presentan. No se duda de que hay que reducir la huella de carbono y las emisiones de CO2. Pero también hay que ser conscientes de las realidades que se viven en diferentes lugares. No es lo mismo lo que pueda contaminar una ciudad como Valladolid, en la que instaurar una zona de bajas emisiones de prácticamente la ciudad de entera dificulta más la vida de los ciudadanos que lo que mejora la situación, a por ejemplo lo que pueda contaminar Madrid. Allí sí que es más primordial tomar medidas más concretas.
O también se puede pensar si esas grandes empresas, ya no solo de países como España o de Europa sino de otros continentes, son los que verdad verdaderamente están dañando el planeta. Por tanto el esfuerzo que se hace desde la ciudadanía de a pie granito a granito de arena es destruido por otros en cuestión de segundos.
En este esEuropa vamos a hablar de un proyecto que las instituciones europeas van a llevar a cabo en una zona del norte de León, en La Robla. Va a consistir en la construcción de una fábrica de energías renovables. Fernando Muñoz, presidente de REOLUM, uno de los promotores, va a contar más detalles.